martes, 11 de junio de 2013

Casa tomada (versión de Agustina B)

Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada. (Acá podés leer la versión original, de J. Cortázar) 
Luego nos fuimos corriendo y a lo lejos vimos un bosque. Cada vez que nos alejábamos de la casa más nos dimos cuenta que los ruidos se hacían más graves. Entonces con Irene entramos al bosque, nos respaldamos sobre una roca y suspiramos de alivio.
Pasaron dos años. Nos mudamos y comenzamos una nueva vida. Con Irene decidimos ir de vacaciones y de paso a ver mi antigua casa. Nos tomamos un avión.
Cuando llegamos ahí había un matrimonio con unos periodistas. Ellos le estaban haciendo una entrevista. Nos quedamos allí viendo y adivinen qué… habían ido los investigadores paranormales. Irene y yo mirábamos la escena con atención. Y le dije a Irene: ¿Qué estará pasando ahí dentro? Y de repente de la casa salieron los investigadores corriendo. En ese momento me dije a mí mismo: ¿Qué pasó? Miré a Irene y ella estaba aterrorizada. Fuimos y nos presentamos. Nos preguntaron si sabíamos algo de la casa. Irene y yo nos miramos y al mismo tiempo dijimos: ¡no!
Nos tomamos el siguiente vuelo a Misiones y volvimos a la nueva casa.
Autora: Agustina B.

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