Hola,
gracias por entender, después de muchos años, que todavía no
estaba preparado para ese momento. Porque éramos chicos y no sentía
deseos de sentir esa sensación me fui corriendo del rancho esa
tarde. Gracias otra vez por haberme entendido, amigo, y te disculpo
por haberme insultado y por haberme pegado. Gracias por haberme
comprendido.
Pero
estoy sorprendido porque vos tampoco pudiste y porque tampoco me lo
contaste antes. Bueno, te entiendo por no habérmelo contado, porque
tal vez vos pensabas que ibas a estar mejor o no sé. Capaz que para
que no te cargue nadie.
Me
despido con estas preguntas: ¿Por qué no me lo contaste antes? ¿y
porque me lo ocultaste?
Atte: César
(Carta escrita por Javier R.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario