martes, 5 de noviembre de 2013

Correo para Abelardo


Hola querido Abelardo:
quedé sorprendido por lo que me contaste. No sé por qué me obligaste y me pegaste para ir con la gorda si vos tampoco pudiste.
Yo salí corriendo esa vez, no por cobarde sino porque no podía hacerlo. Así como vos tampoco pudiste.
Bueno, me despido, y gracias por comprenderme.
Al final, el que quedó como un cobarde fuiste vos, por hacerte el bueno. Encima le dijiste a la gorda que no le diga nada a nadie por miedo a que te carguen o algo.
Espero que andes bien, cuidate.
Chau.
Atte:Cesar 

(Carta escrita por Leila)

No hay comentarios:

Publicar un comentario