Hola,
tanto tiempo!
Abelardo,
yo me pregunto, ¿por qué tardaste tanto tiempo en confesar?
La
verdad estoy sorprendido y sin palabras. No logro entender por qué
me pegaste si vos tampoco pudiste. Podías confiar en mí y
contármelo. Mirá, yo todavía no estaba preparado para eso y no
entré, capaz que vos sentiste lo mismo. Yo era muy tímido y la
verdad que me costaba hacer cosas como las que hacían ustedes. Yo
esa noche me sentí muy mal, peor que las otras veces.
Aunque
te arrepentiste un poco tarde la verdad me alegro mucho de volver a
hablar con vos lo más bien. Pasó mucho tiempo, ya somos grandes!
Podemos juntarnos algún día de estos a comer unas pizzas en mi
casa.
Bueno
amigo, hasta luego,
Un
abrazo!
César
(Carta
escrita por Karla O. y Sharon M.)