domingo, 30 de junio de 2013

Casa tomada (Versión de Iara D)


Cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla, ya era muy tarde, era de noche, creo que eran eso de las doce de la noche. Pero Irene y yo tuvimos que salir de la casa porque habían tomado una parte. Irene estaba muy mal por lo que pasaba. Yo la miré a los ojos y vi que estaba llorando, entonces le dije:
- Tranquila Irene, todo va a estar bien…
En ese momento no pensaba en nada, solamente que este problema se solucionara. Yo le había dicho eso Irene para que se tranquilizara y dejara de llorar. Irene me respondió:
- Sí, espero que todo vuelva a ser como antes…
Yo le había dicho a Irene que lo mejor iba ser llamar a nuestra mamá, iba a ser para que nos pudiera dar un lugar en la casa. No sé si iba a ser lo mejor porque Irene no se llevaba bien con nuestra madre, entonces ella me contestó:
- Está bien, si te parece que es lo mejor para los dos...
Esa misma noche nos fuimos para la casa de mamá; después de un tiempo Irene y yo nos olvidamos de de lo que había pasado con la casa. Pasó el tiempo. Yo conocí a una chica y mi hermana a un chico, vecino nuestro. Irene se casó y se fue a vivir con él. En cuanto a mí, fui a convivir con mi novia. Y así fue como ambos avanzamos para bien y nos olvidamos de todo lo malo.
Autora: Iara D

domingo, 16 de junio de 2013

Casa tomada (versión de Mauro V)


Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada. (Acá podés leer la versión original, de J. Cortázar)
Al otro día fui con mi hermana a la casa y no vimos nada. Nos pareció extraño no escuchar ruidos. Subimos al segundo piso, cuando se escuchó la puerta de adelante cerrarse fuertemente. Nos asustamos mucho. Bajamos lentamente por las escaleras pero no se veía nada. Salimos corriendo por el susto que nos pegamos. Nos fuimos muy lejos de esa casa. Luego la vendimos y compramos una en Entre Ríos, donde vivimos felices. Nunca más se habló de esa casa tomada.
Autor: Mauro V.

Casa tomada (versión de Natalia L)


Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada. (Acá podés leer la versión original, de J. Cortázar)
Irene y yo estábamos muy asustados, así que sin dudarlo nos fuimos a un hotel. Nos olvidamos de la casa, pero de nuestras cosas que quedaron no nos olvidamos. Irene seguía muy asustada y nerviosa. Por suerte llegamos al hotel y ella se quedó dormida; pobre, tenía una cara de cansada. Yo muy bien que digamos no estaba, pero tenía que estar bien por mí y por ella.
Al final de todo nos quedamos sin nada pero nos recuperamos rápido porque yo empecé a trabajar, Irene empezó a vender algunos tejidos que hacía y además seguíamos recibiendo la plata que nos llegaba del campo. Con toda la plata que juntamos nos pudimos comprar una casa. Yo conseguí una novia y me junté con ella. Irene se casó y se fue a vivir a Brasil con su pareja y yo me quedé con mi novia.
Después de todo irnos de la casa nos hizo bien porque progresamos y cada uno pudo hacer su vida. Nunca más volvimos a ver la casa y jamás nos pudimos enterar de quién la había usurpado.
Autora: Natalia L.

Casa tomada (versión de Noelia G)



Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada. (Acá podés leer la versión original, de J. Cortázar)

Luego nos fuimos caminando para ver hasta dónde podíamos llegar y llegamos a una playa en donde había una vieja amiga que nos preguntó que “qué hacíamos solos a esa hora”.
Nosotros le contamos todo lo que estaba pasando en nuestra casa y ella nos dijo si queríamos quedarnos a dormir en su casa, a lo que nosotros dijimos que sí.
Al otro día nos llevó hasta un curandero de casas. De allí nos dirigimos con él hacia nuestra casa. Cuando llegamos nos acordamos que yo había tirado las llaves por la alcantarilla. Yo me fije si seguían estando allí y se veía que estaban, entonces agarré una rama que estaba por ahí cerca e intenté agarrar las llaves, hasta que pude. El curandero entró a la casa y la curó diciendo oraciones religiosas y tirando agua bendita. Nos dijo que tenía que venir unos días más para que quedara bien curada y no pasara más cosa.
Al otro día nos enteramos que el curandero se había muerto de un paro al corazón. Nos preocupamos, porque pensamos que había sido algún espíritu de nuestra casa; bué, si es que había. Así que con Irene decidimos irnos de nuevo. Pero esta vez no tiré las llaves, las guardé. Fuimos viajando por todo el mundo, porque en cada casa que intentábamos quedarnos se seguían escuchando ruidos extraños. Conocimos creo que casi todo el mundo. Aprendimos un montón de idiomas y ahora si llegamos a estar en alguna casa no sentimos ningún ruido extraño. Pero como ya nos acostumbramos a viajar por todas partes sin quedarnos siempre en un mismo lugar seguimos viajando durante un tiempo. Hasta que un día Irene murió, que triste día fue ese, desde ese día no viajé más hacia ningún lado. Me volví a nuestra primera casa; bueno, ya no es nuestra, es mía; y sigo recordando a Irene cuando tejía.

Autora: Noelia G

Casa tomada (versión de Milena E)


Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada. (Acá podés leer la versión original, de J. Cortázar)

Mientras caminábamos por la calle, con frio y todo oscuro, Irene me preguntó
- ¿A dónde vamos a ir? Yo le dije:
- No sé, déjame pensarlo, aunque sea para pasar la noche... y a la mañana llamar a algún familiar nuestro, para preguntarles si nos podemos quedar allí, hasta que consigamos algo.
Y cuando justo íbamos a cruzar la calle nos encontramos a un viejo vecino llamado Pablo que nos preguntó:
- ¿Qué hacen a estas altas horas de la noche caminando por la calle? Encima con todo este frio que hace.
Yo le dije:
- Lo que pasa es que nos tuvimos que ir de nuestra casa.
Pablo me dijo:
- Le hubieras dicho a mi mujer si se podían quedar, así no pasaban frio.
- Pero no, no queremos molestar a nadie. Le dije tristemente.
Él me dijo que no tenía ningún problema en que nos quedemos en su casa, pero a mí y a Irene nos daba vergüenza quedarnos. Entre charla y charla decidimos quedarnos pero solamente por esa noche.
A la mañana siguiente nos levantamos con Irene. Le dije a ella que nos fuéramos para casa, porque teníamos que averiguar quién estaba adentro de ella. Cuando terminamos de desayunar le dije a Pablo que nos íbamos. Él me preguntó muy confundido:
- ¿Pero a dónde van ustedes? Ya te dije que se pueden quedar, que no había ningún problema.
-Pero Pablo, nos tenemos que ir a mi casa, para ver qué podemos hacer, porque no nos podemos quedar todos los días acá. Aparte, si podemos entrar, vamos a tratar de sacar la plata que dejamos en nuestro dormitorio. Justo Irene me estaba hablando, me había dicho pero no te acordás que tiramos la llave por la alcantarilla...
Yo me quedé pensando en lo que me dijo, pero me acordé que yo siempre dejaba la copia de la llave abajo de la alfombra. Le dije eso a Irene y ella me respondió:
- Genial, menos mal que te avivaste.
- Sí, la verdad que tuve muy buena idea. Le dije muy feliz.
Cuando estábamos saliendo de la casa Pablo nos dijo:
- Tengan cuidado, por favor, cualquier cosa peguen un grito que yo voy para allś ¿sí ?
- Sí, no te preocupes... Le dije riéndome
Cuando llegamos a la casa, no escuchamos ningún ruido, nos pareció raro a Irene y a mí, pero no le dimos importancia. Le dije a Irene agarrá la llave, cuando abra, te la doy a vos y guardála bien, en un lugar que no se vea y no haga ruido. Mientras entrábamos, le dije a ella:
- Irene, mientras entrás andá yendo a nuestro dormitorio para sacar el dinero del placar, ¿sabes?
- Bueno, pero vos no te tardes mucho, porque capas que me pasa algo o pasa alguien y yo no sé qué voy a hacer.
- ay!, pero Irene, ¡qué te va a pasar, no me hagas poner más nervioso de lo que estoy! Le dije muy asustado. Bueno, cuando entramos le dije andá, dale, así podés agarrar el dinero. Cuando yo estaba cerrando la puerta de entrada ella ya había agarrado la plata y alguna ropa nuestra. Después me dijo:
- Listo, ya está...agarré la plata y algo de ropa de los dos.
Yo me quedé mirándola, diciéndome a mi mismo, ¡que rápido que agarró las cosas..!
Ella me preguntó:
- ¿qué te pasa que me miras así?
- No, nada, lo que pasa es que me sorprendió lo rápido que agarráste las cosas, por eso me quedé mirándote así.
Después de toda la charla le dije:
- ¿para qué vamos a averiguar quién está adentro de la casa?... porque capaz que nos pasa algo...es mejor dejarla así y ya está; total ya agarramos la plata y vos te aviváste de agarrar algo de ropa. Mejor nos vamos. Ella me dijo que tenía razón... para qué nos íbamos a quedar.
Entonces cuando salimos de la casa le dije
- vamos a un hotel ¿te parece? Irene me respondió:
- Sí, está bien. Ah! y tomá, guardá la plata.
Y finalmente nos fuimos a un hotel a vivir felizmente y contentos, porque pudimos sacar la plata y pudimos agarrar algo de ropa.

Autora: Milena E.

Casa tomada (versión de Eliana C)

Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada. (Acá podés leer la versión original, de J. Cortázar)
En la casa no se escucharon más ruidos, la puerta quedó cerrada con llave y nunca más se abrió, ya que no habíamos comprobado si realmente estaba tomada. Para mí siempre será un misterio que no nos quisimos arriesgar a resolver. 
Autora: Eliana C.

martes, 11 de junio de 2013

Casa tomada (versión de Agustina B)

Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada. (Acá podés leer la versión original, de J. Cortázar) 
Luego nos fuimos corriendo y a lo lejos vimos un bosque. Cada vez que nos alejábamos de la casa más nos dimos cuenta que los ruidos se hacían más graves. Entonces con Irene entramos al bosque, nos respaldamos sobre una roca y suspiramos de alivio.
Pasaron dos años. Nos mudamos y comenzamos una nueva vida. Con Irene decidimos ir de vacaciones y de paso a ver mi antigua casa. Nos tomamos un avión.
Cuando llegamos ahí había un matrimonio con unos periodistas. Ellos le estaban haciendo una entrevista. Nos quedamos allí viendo y adivinen qué… habían ido los investigadores paranormales. Irene y yo mirábamos la escena con atención. Y le dije a Irene: ¿Qué estará pasando ahí dentro? Y de repente de la casa salieron los investigadores corriendo. En ese momento me dije a mí mismo: ¿Qué pasó? Miré a Irene y ella estaba aterrorizada. Fuimos y nos presentamos. Nos preguntaron si sabíamos algo de la casa. Irene y yo nos miramos y al mismo tiempo dijimos: ¡no!
Nos tomamos el siguiente vuelo a Misiones y volvimos a la nueva casa.
Autora: Agustina B.

domingo, 9 de junio de 2013

Concurso de blogs "¿Qué estás leyendo?"

La Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), con el apoyo de los Ministerios de Educación convocan a estudiantes de 12 a 15 años de centros educativos iberoamericanos a crear un blog en el que compartan su experiencia como lectores, promovido bajo el lema ¿Qué estás leyendo?
Mediante esta iniciativa se trata de formar una amplia red de blogs de lectores, donde los estudiantes (individualmente o en grupo) puedan darse a conocer y construir una identidad como lectores.

Para mayor información hacer click acá.

jueves, 6 de junio de 2013

Casa tomada

Hace algunas clases leímos el cuento Casa tomada del escritor argentino Julio Cortázar y después de conversar un rato nos quedamos con la intriga de saber hacia dónde fueron Irene y su hermano luego de abandonar la casa y tirar la llave en la alcantarilla a altas horas de la noche. Por este motivo hemos decidido escribir nuestros propios finales.
Si hacés click en la etiqueta de Casa tomada vas a encontrar nuestras versiones sobre el genial cuento del genial escritor que es J. Cortázar.
Para leer la versión original de Casa tomada hacé click acá.

Casa tomada_segunda parte (versión de Sofía)

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Tiré la llave a la alcantarilla y nos fuimos. Al otro día nos levantamos en una plaza, de inmediato hicimos la denuncia. Luego de esperar unos 15 minutos de tantas palabras y revoltijos, la policía se decidió ir a nuestra casa. Rompieron la puerta para poder entrar. Se sorprendieron al igual que Irene y yo al ver la casa desvalijada completamente. Entré a revisar las habitaciones y en eso encontré una carta tirada en el suelo refiriéndose a mí y a Irene, decía:
Tienen que marcharse, porque aquí no es seguro. Hay una historia que debo contarles. Para ubicarme vayan a la plaza a la media noche.”
Hicimos lo que decía la carta; fuimos a la plaza. Pero no encontramos a nadie. Irene estaba aterrorizada y tenía mucho frio. Le dije que se acueste en el banco de la plaza. Luego escuché a Irene gritar. Fui de inmediato y encontré a una mujer que le decía -¡no grites shhhhh! Estaba vestida de negro y su rostro cubierto y más o menos tenía una edad aproximada a 80 años. Nos dijo que ella hacía muchísimos años fue vecina de los que habían comprado la casa en la que ahora vivíamos nosotros. Contó que esa familia era muy rara y tenían cinco hijos que murieron todos electrocutados. Desde ahí empezaron a pasar cosas raras. Después pasaron dos años y la casa volvió a tener habitantes, sus bisabuelos, nos dijo, los que siempre fueron valientes para no tenerle miedo a lo que pasaba dentro de esa casa.
Irene y yo nos quedamos con la boca abierta. Al día siguiente nos enteramos que esa extraña mujer se había muerto. De inmediato nos fuimos al campo y hasta el día de hoy no volvimos más a esa extraña casa.

martes, 4 de junio de 2013

Mensajes de bienvenida al blog!


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Bienvenidos a JUGANDO A SER ESCRITORES !!
Somos los alumnos de la escuela ESB n°31. Acá les vamos a mostrar todo lo que nosotros hacemos en la escuela y van a poder encontrar notas periodísticas, cuentos, etc. O sea, todo lo que fuimos haciendo hasta ahora. Nosotros con este blog lo que queremos buscar es que a ustedes les guste. Bueno, que lo disfruten.
Nicolás F.

Bienvenidos al blog de segundo de la SB nN 31. Aquí podrán ver cuentos o noticias creados por los alumnos de la secundaria. Mauro y Eric.

Bienvenidos a nuestro blog!! Este blog pertenece a los alumnos de segundo A de la escuela S.B Nº 31. Acá van a poder ver lo que nosotros hacemos en el colegio...noticias periodísticas, cuentos, etc.
Nosotros esperamos que a ustedes les guste la idea que tuvimos para armar este blog.

Bienvenidos al blog de segundo de la SB Nº 31. Aquí podrán ver fotos trucadas, noticias, historias de todos los tipos. De seguro les va a gustar, así que todos...mírenlo!!! Enzo.

Señores lectores, les doy la bienvenida a este blog, con mis compañeros y yo que queremos compartir esto con ustedes. Espero que les guste. Sofía


Bienvenida gente!! Espero que les guste el blog que hicimos para ustedes. Léanlo! que está muy bueno!!! Les va a gustar porque lo hicimos con mucha energía y ganas.
Nosotros esperamos que les guste la idea que nosotros tuvimos para hacer este bloc. Es para que ustedes vean lo que nosotros estamos haciendo en la escuela “E.S.B. N31”. Ailen, Marcio & Pablo

lunes, 3 de junio de 2013

El piedrazo (versión de Mauro V)

En eso estábamos de los más tranquilos cuando...se me ocurrió abrazarla bien fuerte y decirle cuanto la quiero cuando de repente veo venir una piedra hacía mí y cae a lado nuestro. Agarro la piedra y veo para todos lados, para ver si algún chico había tirado la piedra para acá, pero no había ningún chico cerca nuestro. Miro hacia el agua cuando de repente veo un chico agachado como escondiéndose de alguien. Voy hasta la orilla y le pregunto si él había tirado la piedra y dice sí, porque quería ver hasta dónde podía tirar la piedra. Y le digo, bueno, tené cuidado que podés lastimar a alguien. Y vuelvo con mi novia para decirle que vayamos porque ya era tarde. Y nos fuimos y yo me llevé la piedra de recuerdo para siempre.
Autor: Mauro V.

El piedrazo (versión de Facundo T)


En eso estábamos de los más tranquilos cuando... de repente escuchamos el ruido de una piedra y nos asomamos para ver qué pasaba. Las piedras caían solas y una de ellas le cayó a mi novia en la cabeza. Como se desmayó la llevé rápido al hospital. Allí la dejaron en observaciones entonces yo me volví a la playa para ver qué pasaba, por qué caían las piedras solas... y vi a un policía y le pregunté por qué caían solas y el policía me respondió: porque esta playa está embrujada...tené cuidado con las piedras. Ahí me empezaron a caer piedras en la cabeza y empecé a correr hasta el hospital, a ver si ya estaba mejor mi novia. Los doctores me dijeron que tenía la cabeza abierta y tenían que operarla para que sobreviva. La operaron. Pero no la pudieron salvar porque ya era demasiado tarde. Había muerto. Entonces la llevé en brazos hasta la playa y la besé por última vez. Luego la enterré en la arena para recordarla. Cada vez que vengo a esta playa la recuerdo, nunca la voy a poder olvidar. Entonces fui todos los días sin importar cómo estuviera el día, solo para recordarla a ella y ver las piedras caer. Hice esto durante 10 años y lo sigo haciendo hasta el día de hoy.
Autor: Facundo T.